sábado, 25 de septiembre de 2010

"Camilo de Blas" y Woody Allen

Cómo me gusta la tradición repostera que tenemos en España y la amplísima diversidad de dulces de los que podemos presumir. ¿Conocéis a alguien que se haya atrevido a hacer un “inventario” de todos ellos?, creo que sería algo así como querer ver todos los videos de youtube, una misión imposible.



He de deciros que siempre me atrajeron aquellas confiterías antiguas que aún conservan una atmósfera que ya no pertenece a nuestro tiempo. De esas, en España, van quedando sólo unas pocas, por esta razón quería hablaros de Camilo de Blas, una confitería y tienda delicatessen que presenta la misma “fisonomía” que pudieron apreciar nuestros antepasados de principios del siglo XX.


La confitería Camilo de Blas abrió sus puertas en Oviedo en 1914, y su grandeza reside en el hecho de haber mantenido la misma estética y “savoir faire” desde entonces. José Juan de Blas, la cuarta generación al frente de este mítico lugar, me contaba con orgullo cómo, tanto sus antepasados como él, se empeñaron en conservar el mobiliario y un sin fin de detalles que hacen de Camilo de Blas un patrimonio cultural más de los asturianos.

Entre las curiosidades que José Juan de Blas compartió conmigo en Camilo de Blas, me llamó la atención el hecho de que aún conservaran intactos todos los botes de cristal con sus tapas de latón donde se guardan los caramelos que allí se venden, sobreviviendo incluso a una Guerra Civil con unos efectos tan devastadores como fue la nuestra. O que aún permanezca colgado en la pared un cartel de Codorniu, realizado en azulejos, donde aparece la palabra “Dry” en la etiqueta de la botella, en lugar del “Brut” al que ahora estamos acostumbrados a ver.



Al entrar en Camilo de Blas y observar la foto en blanco y negro que se exhibe dentro de la propia confitería, podréis comprobar que el fantástico mostrador de mármol de Carrara sigue siendo el mismo que antaño; que la máquina registradora, que aún funciona, ocupa el mismo lugar o que las botellas de cava continúan coronando sus espléndidas vitrinas.





Si tenéis previsto viajar a Oviedo, os recomiendo que os acerquéis a conocer Camilo de Blas y probar sus carbayones, un pastel de almendra y yema que crearon en esta casa entre 1920 y 1923 para acudir a la primera Feria de Muestras de Asturias en 1924. Desde entonces, este es uno de sus dulces estrella.

Otras de sus creaciones son los Nuglass, unas nueces confitadas y glaseadas, elaboradas con turrón y yema, que Camilo de Blas comenzó a preparar en los años 50; o las Bizcoletas, bizcochos esponjosos rellenos de yema y bañados con azúcar y clara de huevo o bien con chocolate fondant; y también las Duquesitas, unos aros de almendra y yema bañados en azúcar. Todo esto, junto a las pastas de té y otros dulces, así como la gran variedad de productos delicatessen, como el foie grass, las confituras inglesas, los embutidos ibéricos, el champán, el cava y los licores, hacen de Camilo de Blas un lugar de peregrinación para cualquier gourmet.




Si vais, seguro que os sentiréis tan fascinados como Woody Allen, quién se interesó personalmente por conocer Camilo de Blas, después de que se lo recomendara su hermana, y tanto le sorprendió que lo convirtió en plató cinematográfico para su película “Vicky Cristina Barcelona”.

Camilo de Blas. Jovellanos, 7, Oviedo (Asturias)

1 comentario:

  1. Hola María:

    Da gusto encontrar establecimientos con esta solera. Y no es nada fácil aguantar el tirón cuando hay un Starbucks o un Café&Té que te pone un cheque en blanco por comprarte tu local y convertirlo en una franquicia más, idéntica e impersonal. Tiene una pinta fantástica. Tengo pendiente marchar a Oviedo a visitar a unos amigos que conocimos este verano y les propondré acercarnos a ver todas estas maravillas.

    Un saludo,

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