domingo, 5 de diciembre de 2010

Pon el árbol y haz tus galletas navideñas

Este puente de primeros de diciembre que tenemos en España siempre es para mí, y seguro que para muchos de vosotros, el preludio de la Navidad. Este es el momento en el que ya no puedo resistirme más, saco corriendo el árbol y sus adornos y comienzo a “customizar” la casa con motivos navideños.





La Navidad es una época en la que muchas personas tienen el alma dividida, tristeza por la añoranza de viejos tiempos felices y personas muy queridas, pero también alegría por poder compartir momentos entrañables con la gente que queremos, y si hay niños cerca, exultantes de emoción y absolutamente “creyentes” de estas fiestas, seguro que todo se vuelve más intenso aún.

Este año me gustaría proponeros que nos fijemos más en esa parte positiva y feliz y aprovechemos para vivir el momento con la mejor energía, ¿por qué no comenzar por decorar el árbol y hacer unas galletas?




Con este frío que está haciendo os aseguro que hacer galletas en casa puede ser la actividad más reconfortante y agradable que os podáis imaginar. Seguro que alguno de vosotros pensará que esto es dificilísimo, pero las ideas que os traigo no son mías, son de mi querida amiga Rita Cifuentes, una experta culinaria de la que os hablaré más delante en mi blog y quien me ha enseñado que en cocina nada es imposible. Gracias a ella me lancé a hacer galletas el año pasado y este mes he descubierto que incluso soy capaz de hacer pan! En su Magazine ritacifuentes.com podréis encontrar las recetas de algunas de sus galletas. Aquí os traigo algunas fotos de las maravillas que elabora Rita y que, con sus indicaciones, seguro que vosotros también podréis hacer así de bien. Por cierto, las fotos son de Salvador Camarasaltas con el estilismo de Rita, sencillamente, preciosas!


Así que animaros y haced galletas al ritmo de esta canción, ya sabéis “All I want for Christmas is you…. and you, and you…”

sábado, 13 de noviembre de 2010

Un cappuccino, per favore!

Os confieso que me aficioné al café más bien tarde, y que, aún hoy, sólo le encuentro su gracia en el desayuno y alguna que otra tarde de invierno para merendar en casa, pero por lo que sí siento adoración incondicional es por un buen capuchino.

Fue en Roma donde comprobé lo extraordinarios que pueden llegar a ser y donde descubrí el secreto para lograr la mejor espuma de leche que debe coronar todo capuchino.

Foto Raúl García Peñalver

Esto ocurrió casualmente, como ocurren muchas de las anécdotas de la vida. Nos alojábamos un verano en Roma, en casa de un bancario y de su mujer, una veneciana de buena familia y con buen gusto, ocupada en su casa y en elaborar confituras y gelées de cítricos. El caso es que el señor bancario nos preparaba los capuchinos por la mañana y eran tan buenos que un día le preguntamos cómo lo conseguía. Él nos respondió con sus manos gesticulantes a la italiana: “il capuccino maker!”, nosotros creímos que estaba de broma, así que para convencernos acudió con rapidez a la cocina para mostrarnos el misterioso “artilugio”. Se trataba de una jarrita de acero inoxidable con un émbolo preparado para agitar la leche caliente, y Ecco! la espuma del capuchino quedaba perfecta.

Así es que mi primer capuccino maker lo adquirí ese mismo día en una ferretería de Roma y el segundo, unos años más tarde, en el mercado de Porta Portese.

En Campo dei Fiori, por Raúl García Peñalver

En Roma fue donde aprendí que los italianos sólo conciben tomar el capuchino en el desayuno y que les asombra muchísimo comprobar cómo los españoles pedimos el capuchino a cualquier hora, después de comer, a media mañana, por la tarde…, pero es que están tan buenos!

Un puesto en Campo Dei Fiori, por Raúl García Peñalver


Aprovecho para compartir con vosotros las preciosas fotos que Raúl García Peñalver ha realizado en su viaje a Roma, en este caso en el bellísimo mercado de Campo dei Fiori, y para comentaros que si queréis ver todo su álbum sobre esta impresionante ciudad podéis hacerlo en Las Fotos de Raúl G. Peñalver en Roma.

Campo dei Fiori, por Raúl García Peñalver

Y por último, una pequeña recomendación si os gusta el café y si tenéis pensado visitar Roma, no os perdáis el Antico Caffé della Pace, donde podréis disfrutar de sus magníficos capuchinos y comprad café, si podéis, en la pequeña cafetería y tienda Sant Eustachio, os aseguro que cuando volváis a Roma querréis realizar vuestras compras de café allí. Ciao ragazzi!

domingo, 7 de noviembre de 2010

Fuentes & Bonetillo, cocina con alma

Hay ideas que a mí me parecen redondas y una de ellas es Fuentes & Bonetillo. Si buscáis en Madrid un restaurante coqueto con una interesante propuesta culinaria, o bien queréis un espacio agradable donde disfrutar de diversas actividades gastronómicas y sociales ese es Fuentes & Bonetillo, junto a la plaza de Ópera.







Fotos Raúl García Peñalver
Mª Eugenia Pérez-Blanco (Maki) es su creadora. Una mujer con una gran personalidad y vitalidad que está volcando en este proyecto sus 25 años de experiencia culinaria y gastronómica. Maki, que de que niña sólo pedía “cacharritos” de cocina y que con 18 años ya se dedicaba a la cocina profesional, estudió en Suiza Dietética Ecológica, algo que le interesó desde siempre y a lo que sigue prestando especial atención. Viaja en busca de recetas y lugares que despierten su curiosidad gourmet, ha publicado un libro de recetas, y desde hace casi 2 años derrocha toda su creatividad en el restaurante y Show Cooking que ella dirige.

Foto Raúl García Peñalver


Fuentes y Bonetillo, que mantiene sus muros del siglo XVIII en pleno Madrid de los Austrias, está concebido para que uno se sienta como en casa. Su concepto es innovador en Madrid. Estructurado en dos niveles, el restaurante se sitúa en la parte de arriba y abajo nos espera el Show Cooking, donde ocurren diversidad de acontecimientos gastronómicos a los que podéis acudir.

Foto Raúl García Peñalver


En su restaurante, la cocina es “casera de mercado”, como la denomina Maki. Allí podemos encontrar, tal y como nos cuenta su creadora, una “olla lenta, donde se cocina lo que se compra en el día y donde huele muy rico!”. Y es que en Fuentes y Bonetillo se cocina con alma y resultado de ello podemos disfrutar de preparaciones cuyos nombres no pueden dejar indiferente a nadie: Confit de Pato con higos glaseados y coulis de frutos rojos; Bacalao al horno en compota de tomate o Soufflé coulant de chocolate.

Foto Raúl García Peñalver

Pero además, Maki lo tiene todo pensado. No sólo ofrece una cocina deliciosa, sino que si vais con niños ella se encargará de proyectarles un pequeño cine en el Show Cooking para que los estresados papás puedan terminar de comer más relajadamente, ¿nos os parece una brillante idea?

Fotos Raúl García Peñalver

En el Show Cooking, donde se exhiben bonitas fotos de Salvador Camarasaltas y decorado con un estilo provenzal que a mí me encanta, se suceden un montón de acontecimientos, todos ligados a la gastronomía: presentaciones de libros, catas y clases de cocina, muchas de ellas impartidas por la propia Maki. Allí podríais asistir a talleres de cocina Express, para adolescentes, para madres e hijas, clases temáticas: cocina ecológica, aperitivos dulces y salados, postres americanos, el arte y técnicas italianas para envasar verduras en aceite de oliva, y muchas más que seguro que Maki programará en adelante.

Foto Raúl García Peñalver

El Show Cooking de Fuentes y Bonetillo, que cuenta con el patrocinio de Electrolux, Dismuco y Compac, tiene, además de una cocina bien equipada, unos medios técnicos fabulosos de audio y proyección que podéis alquilar para eventos o reuniones donde comer, almorzar o tomar un cóctel con amigos, familiares o compañeros de trabajo.


Foto Raúl García Peñalver

La novedad para este diciembre será convertir el Show Cooking de Fuentes y Bonetillo en un lugar de lo más apetecible para tomar una copa por la noche mientras se escucha música clásica o Jazz en directo, la propuesta es tentadora, ¿verdad?


Fuentes & Bonetillo, Fuentes, 1, Madrid

lunes, 1 de noviembre de 2010

De cócteles con Tarantino

Os preguntaréis qué conexión puede tener el apellido del célebre director de cine con los cócteles, y sobre todo por qué lo traigo a Delicioso Momento, pues bien, la respuesta está en un lugar donde disfrutar de estas combinaciones, alcohólicas o no, de sugerentes colores y texturas.

Foto Raúl García Peñalver


En Tarantino, un Café y Pub situado en Aranjuez, me descubrieron que, aunque en coctelería todo está inventado, aún se puede innovar sobre lo ya creado, y ellos lo hacen constantemente. De hecho, en carta tienen más de 25 cócteles y ya están ideando nuevas propuestas para ampliarla con 10 o 12 más.

Foto Raúl García Peñalver


Sólo con leer los nombres de los cócteles que elaboran en Tarantino, tienes la sensación de que cualquiera de ellos puede ser apetecible: Tijuana Mango, Cosmopolitan, Appel Martini, Daikiri de fresa, Long Island Ice Tea, Copa Cabana o Cherry Boom. Si por sus nombres no sabes por cual decidirte, en Tarantino te ayudarán a acertar en tu elección preguntándote tus gustos y apetencias, seguro que no te decepcionarán!!!


Foto Raúl García Peñalver


De unos años a esta parte, el cóctel ha recobrado la faceta más chic y glamurosa que ocupó en otras épocas, como en los años 30, en los que triunfaba en Nueva York, aliviando así los devastadores efectos de la Gran Depresión del 29, o en Madrid, en míticos locales como Chicote. Ahora, no hay hotel de lujo que no tenga su propia coctelería y sus cocktailmen, y asistimos a una proliferación de lugares especializados donde saborearlos se convierte en toda una experiencia.


Foto Raúl García Peñalver

El cine y la televisión también están facilitando que el cóctel vuelva a estar de moda y que su momento de consumo esté revestido de un toque chic, algo que hemos visto con las protagonistas de Sexo en Nueva York, que han conseguido encumbrar a lo más alto al Cosmopolitan, uno de los clásicos creado en un concurso convocado a principios de los 90 por la conocida revista que lleva este mismo nombre.

Foto Raúl García Peñalver

En Tarantino me contaban igualmente que hay cócteles para cada ocasión, para el aperitivo, la media tarde o la noche, pero también, que en coctelería, además de su dosis de creatividad, interviene del mismo modo el buen maridaje, ya que, dependiendo de la destilación del alcohol, hay productos que consiguen realzar su sabor de forma extraordinaria, esa es la razón por la que, por ejemplo, el pepino va tan bien con la ginebra.


Foto Raúl García Peñalver

En definitiva, disfrutemos de la mejor coctelería, con sus colores, sabores y su dosis de elegancia y glamour, y Tarantino me parece un buen lugar por el que comenzar ¿te animas?


Coffe & Pub Tarantino, Almíbar, 165 Aranjuez (Madrid)

domingo, 10 de octubre de 2010

En Vailima amarás el té

Aquí me tenéis una semana más escribiéndoos, esta vez saboreando el maravilloso que me recomendó Juana Albert, la propietaria de la tienda y salón de té Vailima, del que me gustaría hablaros hoy.
Fotos Raúl García Peñalver

Juana Albert es una joven empresaria, con las ideas muy claras, estupendas dotes de anfitriona, inteligente y encantadora. El buen gusto y delicadeza con el que ella y su madre han decorado Vailima es del todo evidente, así que atraídos por su estilo, a lo parisino, y la gran calidad de sus tes, el equipo de Delicioso Momento quisimos pasar una tarde con ella para que nos descubriera los suculentos secretos de Vailima.


Foto Raúl García Peñalver
En España está despertando la cultura del té, y menos mal!. Cuánto daño nos ha hecho asociar una bebida tan delicada y asombrosa como el té a momentos de enfermedad en lugar de vincularlo a placenteros desayunos, meriendas y tentempiés. En Vailima, Juana Albert está contribuyendo a infundir algo más de conocimiento sobre el mundo del té, a que se aprecien su delicadeza, sus aromas, sus sabores, su “mitología”, su historia, su lejana y exótica procedencia y sus agradables momentos de consumo.
Fotos Raúl García Peñalver

En Vailima encontraréis tes verdes, negros, blancos, rojos o rooibos, pero todos con dos aspectos fundamentales en común, provenir de una de las mejores casas de té de Paris: THEODOR y presumir de ser cien por cien naturales, sin colorantes, conservantes ni aromas artificiales.


Foto Raúl García Peñalver


Después de degustar en Vailima el té Melánge Ô, un té negro con bergamota, higo, flores de loto, limón, jazmín y rosas de Bulgaria, me he hecho fan de sus tes servidos en tazas de porcelana china. Unos tes que van desde el sabor más “conservador” a la mezcla más asombrosa de aromas y sabores naturales: a canela, cardamomo, jengibre, clavo, frutos rojos, cítricos, pétalos de flores o incluso hortalizas!


Fotos Raúl García Peñalver

En Vailima son igual de irresistibles sus dulces, que maridan a la perfección con sus fantásticos tes. Allí podréis encontrar Croissants y Pain au chocolat con Denominación de Origen, y esto es así por la procedencia de la mantequilla con la que se elaboran, exactamente de Charentes Poitou, una región francesa que presume de contar con la mejor mantequilla del país. Pero también podréis acompañar vuestro té con un brioche, macarrons, pastas de té, berlinesas o cualquiera de las deliciosas tartas y cakes, como la de zanahoria, arándanos o de chocolate.


Fotos Raúl García Peñalver

La pequeña tienda que encontraréis antes de acceder al salón de té de Vailima también tiene un encanto especial, donde podréis elegir una amplia variedad de tes para llevar, a granel o ya envasados en las coloridas latas de Theodor, además de teteras y tazas preciosas, infusores, mermeladas elaboradas con té, “ideales para acompañar el foie”, según nos indica Juana Albert, o divertidos stiks de azúcar candi con sabor a limón, vainilla, violeta, o con purpurina comestible de oro y plata. Como veis, todo un mundo de propuestas apetecibles las ofrecidas por Vailima, donde ya es imposible no amar el té.

Foto Raúl García Peñalver


Vailima, General Pardiñas, 54, Madrid

domingo, 3 de octubre de 2010

Dulces de la Viena imperial

Hay muchos rincones en Viena que respiran una estética decimonónica y un “regusto imperial”, que es imposible no asociarlo a la figura de Sissi. Una buena representación de sus Cafés y pastelerías, algunos de ellos favoritos de la Emperatriz, siguen destilando una atmósfera que trae a la mente señores con sombrero de copa y señoras con vestidos voluminosos.




Si tuviera que recomendaros alguno de los lugares “dulces” que más me gustaron en Viena, uno sería, sin duda, Demel.

Demel no es sólo una antigua confitería (por cierto, proveedora oficial de los emperadores Francisco José y Sissi) sino también cafetería, tienda y restaurante. Todo en uno, pero perfectamente diferenciado.



Aunque Demel se funda a finales del siglo XVIII, es en el XIX cuando vive sus años de esplendor, y, aún hoy, presume de seguir elaborando sus especialidades como hace 200 años. Pero, a parte de la calidad de sus productos y la decoración de su tienda y salones, lo que a mí me fascina de Demel son las cajitas y latas decoradas que utiliza para presentar sus bombones, caramelos y galletas.


Si os decidís a sentaros en su Café, quizás os animéis a tomar sus “tea scones”, alguna de sus tartas, como la “chocolateada” Sacher, o un apple strudel. O quizás, tan sólo os apetezca tomar una taza de chocolate caliente, como hacían en Demel las damas de la alta sociedad el primer día frío del año.

Demel es también un buen sitio para elegir algún pequeño recuerdo o regalo “vienés”. Cualquiera de sus bombones, chocolatinas, caramelos, como los de violeta, mermeladas, pastas y “tea biscuits” son una opción estupenda.




Recalar en Demel es verdaderamente vivir un momento “gourmand” (goloso) y, ¿por qué no?, saborear algunas de las delicias de las que también disfrutó Sissi en algún momento de indulgencia.


Demel, Kohlmarkt 14, Viena

sábado, 25 de septiembre de 2010

"Camilo de Blas" y Woody Allen

Cómo me gusta la tradición repostera que tenemos en España y la amplísima diversidad de dulces de los que podemos presumir. ¿Conocéis a alguien que se haya atrevido a hacer un “inventario” de todos ellos?, creo que sería algo así como querer ver todos los videos de youtube, una misión imposible.



He de deciros que siempre me atrajeron aquellas confiterías antiguas que aún conservan una atmósfera que ya no pertenece a nuestro tiempo. De esas, en España, van quedando sólo unas pocas, por esta razón quería hablaros de Camilo de Blas, una confitería y tienda delicatessen que presenta la misma “fisonomía” que pudieron apreciar nuestros antepasados de principios del siglo XX.


La confitería Camilo de Blas abrió sus puertas en Oviedo en 1914, y su grandeza reside en el hecho de haber mantenido la misma estética y “savoir faire” desde entonces. José Juan de Blas, la cuarta generación al frente de este mítico lugar, me contaba con orgullo cómo, tanto sus antepasados como él, se empeñaron en conservar el mobiliario y un sin fin de detalles que hacen de Camilo de Blas un patrimonio cultural más de los asturianos.

Entre las curiosidades que José Juan de Blas compartió conmigo en Camilo de Blas, me llamó la atención el hecho de que aún conservaran intactos todos los botes de cristal con sus tapas de latón donde se guardan los caramelos que allí se venden, sobreviviendo incluso a una Guerra Civil con unos efectos tan devastadores como fue la nuestra. O que aún permanezca colgado en la pared un cartel de Codorniu, realizado en azulejos, donde aparece la palabra “Dry” en la etiqueta de la botella, en lugar del “Brut” al que ahora estamos acostumbrados a ver.



Al entrar en Camilo de Blas y observar la foto en blanco y negro que se exhibe dentro de la propia confitería, podréis comprobar que el fantástico mostrador de mármol de Carrara sigue siendo el mismo que antaño; que la máquina registradora, que aún funciona, ocupa el mismo lugar o que las botellas de cava continúan coronando sus espléndidas vitrinas.





Si tenéis previsto viajar a Oviedo, os recomiendo que os acerquéis a conocer Camilo de Blas y probar sus carbayones, un pastel de almendra y yema que crearon en esta casa entre 1920 y 1923 para acudir a la primera Feria de Muestras de Asturias en 1924. Desde entonces, este es uno de sus dulces estrella.

Otras de sus creaciones son los Nuglass, unas nueces confitadas y glaseadas, elaboradas con turrón y yema, que Camilo de Blas comenzó a preparar en los años 50; o las Bizcoletas, bizcochos esponjosos rellenos de yema y bañados con azúcar y clara de huevo o bien con chocolate fondant; y también las Duquesitas, unos aros de almendra y yema bañados en azúcar. Todo esto, junto a las pastas de té y otros dulces, así como la gran variedad de productos delicatessen, como el foie grass, las confituras inglesas, los embutidos ibéricos, el champán, el cava y los licores, hacen de Camilo de Blas un lugar de peregrinación para cualquier gourmet.




Si vais, seguro que os sentiréis tan fascinados como Woody Allen, quién se interesó personalmente por conocer Camilo de Blas, después de que se lo recomendara su hermana, y tanto le sorprendió que lo convirtió en plató cinematográfico para su película “Vicky Cristina Barcelona”.

Camilo de Blas. Jovellanos, 7, Oviedo (Asturias)

domingo, 19 de septiembre de 2010

Un pequeño restaurante a color

Tenía muchas ganas de compartir con vosotros este post, no sólo porque con ello me parece saborear un poco más el verano, sino porque me hacía ilusión hablaros de uno de los lugares más coloristas que he visto.


En la ciudad francesa de Avignon el mes de julio es uno de los más alegres y vitalistas. El Festival de Teatro que se celebra en sus calles, plazas, colegios, cafés y en el Palacio de los Papas, contribuye en gran medida a crear un ambiente de lo más animado en la ciudad, extendiendo este particular bullicio a sus restaurantes, cafés y heladerías, muchos de ellos con terrazas en al calle. Sin embargo, en este bonito lugar de la Provenza también es posible “perderse” en pleno centro para encontrar algún pequeño restaurante con encanto que ofrezca algo de calma y una atmósfera alejada de los estándares turísticos, y eso es lo que encontré en La Brocantine.



La Brocantine es un adorable, tranquilo y pequeño restaurante a todo color. Los manteles de sus mesas, en cuadros de Vichy, y sus guirnaldas de tela dan un colorido al lugar que durante un momento no haces más que fijarte en ello. La propietaria de La Brocantine, Anne Tisseur, me pareció una mujer algo tímida pero enormemente detallista. En sus mesas se pueden encontrar latas antiguas donde se guardan las cucharillas para el postre o los terrones de azúcar. Además, si vais con niños, será muy factible que Anne os traiga una cajita de madera llena de pinturas y rotuladores para que los más pequeños puedan pintar mientras hojeáis la carta.



Para mí La Brocantine supuso más un lugar agradable y lleno de encanto en el que descansar y reponer fuerzas que un gran descubrimiento gastronómico, aunque he de deciros que su carta, aunque escueta y más bien básica, me pareció correcta en calidad y precio.

Si tuviera que recomendar algo, quizás destacaría sus ensaladas, un plato esencial para combatir el caluroso verano provenzal. Aquí te las preparan de tal forma que en lugar de tomar una ensalada parece que estás tomando un plato con distintos entrantes: melón de Cavaillon, mozzarella sobre rodajitas de tomate o tartine de berenjena con queso gorgonzola, por ejemplo.



En La Brocantine, cuyo nombre además proviene de “Brocante” y “Cantina” podéis comprar distintos objetos de segunda mano, como tazas, jarritas, teteras o incluso cuadros. En fin, un lugar donde disfrutar de un “delicioso momento” y practicar también algo de “shopping”.


La Brocantine. 7, rue Mazan, Avignon